El domingo por la tarde un grupo de automovilistas manifestó su descontento con el cobro del peaje. Además, reclamaron la falta de colectoras ante el costo elevado del ticket. En Campana también hay preocupación.
Ni el marco festivo que envuelve al 21 de septiembre pareció tranquilizar, al menos por un rato, a los vecinos afectados por la instalación del peaje sobre la Ruta 8. Por el contrario, un nutrido grupo de automovilistas efectuó un nuevo reclamo a la empresa Corredor Americano, que a las 0hs del jueves pasado comenzó a cobrar el peaje en la estación Larena.
Los vecinos manifestaron su malestar por los considerados elevados valores de las tarifas y la consecuente ausencia de vías alternativas en ese sector. El encuentro se realizó a la vera de la ruta, donde los manifestantes expre-saron su disconformidad con bocinazos.
Además, el mismo día en que se inició el cobro, muchos optaron por quejarse en las ventanillas y otros se negaron a pagar.
En principio se especulaba con que la empresa estaría habilitada para el cobro recién el sábado 20, por eso causó sorpresa la «inauguración» del peaje.
En el reclamo no estuvieron solos los vecinos de Los Cardales del partido de Exaltación de la Cruz, los cuales tienen tarifa diferencial. Un grupo de «cardaleros-campaneros» que se sintieron afectados por la instalación del peaje también se hicieron presentes en el lugar y demostró su descontento. Muchos habitantes de Cardales, Río Luján y Campana son usuarios obligados de la Ruta 8, y transitan por ella cotidianamente para dirigirse a sus trabajos en Pilar.
En defensa de los campaneros salió la Intendenta de aquel distrito, Stella Maris Giroldi, quien reclamó una tarifa diferencial, similar a la acordada por los exaltacrucenses, para los automovilistas provenientes de Campana.
Aquellos residentes de Exaltación de la Cruz que hayan tramitado el pase deberán abonar entre 1,50 y 1,80 pesos, dependiendo de la frecuencia con que circulen por la Autopista 8 (quienes transpongan el peaje más de 15 veces por mes, abonarán sólo 1,5 pesos por día y por mano, indepen-dientemente de la cantidad de veces que pasen por las barreras. Quienes usen la autopista menos de 15 veces por mes, pagarán 1,8 pesos). En cambio, la tarifa normal que deberán afrontar aquellos que califiquen para la categoría 2 -automóviles- y no posean el pase, será de 4,50 pesos.
«No me lo dieron porque vivo en Río Luján, Partido de Campana, y la tarifa diferencial es solo para Exaltación de la Cruz y Pilar», afirmó a Nuevo Florencia Biaggini. Ella trabaja en el Parque Industrial de Pilar y se ve obligada a atravesar las nuevas barreras cotidianamente, incurriendo en un gasto extraordinario altísimo. Un colega suyo, Gustavo Polizzi, también resultó afectado ante la imposibilidad de adquirir el pase. «No sé qué voy a hacer… es mucha plata. Deberían contemplar en las tarifas diferenciales a aquellos que trabajamos en Pilar», manifestó el vecino de Campana.
Como ellos dos, cientos de usuarios de la Ruta 8 se encuentran atrapados en la nebulosa legal generada por el OCCOVI (Órgano de Control de Concesiones Viales) y la empresa concesionaria, que por el momento no dan una respuesta que satisfaga a los afectados.
Ni el marco festivo que envuelve al 21 de septiembre pareció tranquilizar, al menos por un rato, a los vecinos afectados por la instalación del peaje sobre la Ruta 8. Por el contrario, un nutrido grupo de automovilistas efectuó un nuevo reclamo a la empresa Corredor Americano, que a las 0hs del jueves pasado comenzó a cobrar el peaje en la estación Larena.
Los vecinos manifestaron su malestar por los considerados elevados valores de las tarifas y la consecuente ausencia de vías alternativas en ese sector. El encuentro se realizó a la vera de la ruta, donde los manifestantes expre-saron su disconformidad con bocinazos.
Además, el mismo día en que se inició el cobro, muchos optaron por quejarse en las ventanillas y otros se negaron a pagar.
En principio se especulaba con que la empresa estaría habilitada para el cobro recién el sábado 20, por eso causó sorpresa la «inauguración» del peaje.
En el reclamo no estuvieron solos los vecinos de Los Cardales del partido de Exaltación de la Cruz, los cuales tienen tarifa diferencial. Un grupo de «cardaleros-campaneros» que se sintieron afectados por la instalación del peaje también se hicieron presentes en el lugar y demostró su descontento. Muchos habitantes de Cardales, Río Luján y Campana son usuarios obligados de la Ruta 8, y transitan por ella cotidianamente para dirigirse a sus trabajos en Pilar.
En defensa de los campaneros salió la Intendenta de aquel distrito, Stella Maris Giroldi, quien reclamó una tarifa diferencial, similar a la acordada por los exaltacrucenses, para los automovilistas provenientes de Campana.
Aquellos residentes de Exaltación de la Cruz que hayan tramitado el pase deberán abonar entre 1,50 y 1,80 pesos, dependiendo de la frecuencia con que circulen por la Autopista 8 (quienes transpongan el peaje más de 15 veces por mes, abonarán sólo 1,5 pesos por día y por mano, indepen-dientemente de la cantidad de veces que pasen por las barreras. Quienes usen la autopista menos de 15 veces por mes, pagarán 1,8 pesos). En cambio, la tarifa normal que deberán afrontar aquellos que califiquen para la categoría 2 -automóviles- y no posean el pase, será de 4,50 pesos.
«No me lo dieron porque vivo en Río Luján, Partido de Campana, y la tarifa diferencial es solo para Exaltación de la Cruz y Pilar», afirmó a Nuevo Florencia Biaggini. Ella trabaja en el Parque Industrial de Pilar y se ve obligada a atravesar las nuevas barreras cotidianamente, incurriendo en un gasto extraordinario altísimo. Un colega suyo, Gustavo Polizzi, también resultó afectado ante la imposibilidad de adquirir el pase. «No sé qué voy a hacer… es mucha plata. Deberían contemplar en las tarifas diferenciales a aquellos que trabajamos en Pilar», manifestó el vecino de Campana.
Como ellos dos, cientos de usuarios de la Ruta 8 se encuentran atrapados en la nebulosa legal generada por el OCCOVI (Órgano de Control de Concesiones Viales) y la empresa concesionaria, que por el momento no dan una respuesta que satisfaga a los afectados.
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