miércoles, 29 de octubre de 2008

La escuela de los lamentos

[Ecuela Nro 4 y ESB Nro 7 - RIO LUJAN]
Solo restan algunos detalles para concluir las obras del nuevo edificio que será destinado a la Escuela 4-ESB Nº7. Sin embargo, el arquitecto de la Dirección General de Escuelas anticipó que "no realizará esos trabajos por falta de pagos", según admitió Irene Mazo, directora del establecimiento educativo.

"Ya está todo listo, solo falta el OK", reconoció a Nuevo Irene Mazo, direc-tora de la ESB Nº7 de Río Luján. No obstante, aquellas palabras encierran un universo de significados y connotaciones que trascienden la lectura superficial y etérea. Una historia particular se esconde detrás de la fachada reluciente del nuevo edificio, una larga y compleja historia.
Los primeros plazos para la finalización de las obras quedaron arrumbados en el pasado, víctimas de "los retrasos e impericias" de los sucesivos arquitectos a cargo de las tareas de construcción, que se dilataron más (mucho más) de lo esperado –deberían haber finalizado a principios de año-.
Las insistencias de los directivos fueron exhaustivas, cotidianas y, al parecer, banales. Porque "nadie se hace cargo, todos se patean la pelota y nadie nos da una respuesta clara y contundente respecto a la conclusión de las obras", acusó Mazo. Según detalló la directora en una misiva a la Prof. Patricia Vega, presidente de Consejo Escolar, y Nidia Sanz, Inspectora, en donde reclamaba la "urgente intervención para que se dé finalización a la construcción del edificio de la ESB Nº 7", a principios de Octubre el PRODIME realizó una inspección general y "aprobó todas las instalaciones, exigiendo que se cambiara la térmica eléctrica pues la actual es para 40 A y es necesaria una de 60 A. Trabajo que – según me explicó el capataz de la obra – solamente lleva un día de trabajo, una hora". Además, quedan pendientes las tareas de limpieza del patio trasero, donde yacen los escombros de la obra, y la nivelación del terreno donde los alumnos desarrollarán sus actividades de educación física.
Asimismo, en el comunicado exigió una inmediata toma de decisiones para dar por finalizada la obra. También detalló el escenario en el que se dictan las clases (en el edificio del Jardín de Infantes Nº920) y enunció una lista de inconvenientes que afectan el quehacer cotidiano en la escuela e imposibilitan "brindar igualdad y calidad educativa".
En este sentido, la semana pasada recibió el llamado de la presidente del Consejo Escolar, quien pactó una reunión con el arquitecto de la Dirección General de Escuelas. El saldo del mitín fue "negativo": el constructor alegó que "no concluyó los trabajos porque no se realizaron los pagos correspondientes". Para intentar acelerar los plazos, Mazo recurrirá a funcionarios de la Dirección de Educación de la Municipalidad de Campana "para ver si alguien nos hace caso" (Ver nota aparte).
Pero la historia no termina allí. Irene Mazo también reclamó la falta de bancos y pupitres para equipar el nuevo edificio. "A principios de año el responsable de la distribución del mobiliario, Eduardo Pérez, nos informó que debíamos solicitar el moblaje cuando la obra se encuentre en un 99%", contó, y prosiguió: "después de recibir la visita de los inspectores del PRODIME hicimos el pedido pero Pérez nos dijo que él no había recibido ningún informe de ‘final de obra´, sin el cual se veía imposibilitado de realizar la entrega".
En conclusión, un capítulo más para la historia sin fin de la escuela de los lamentos.

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