[Interviú: Adrián Sanchez]

"No estoy retirado de la política"

Adrián Sánchez habla de todo: su juventud en Cardales, la pasión por Racing, la inmobiliaria y su vida política. Una entrevista imperdible con NC&RL.

¿Cómo nació la idea de crear la filial La Academia Racing Club Juan José Pizzuti?
Después de ver el partido contra Belgrano en el Olímpico de Córdoba, nos juntamos algunos hinchas y pensamos que con la euforia que teníamos en ese momento por habernos salvado del descenso podíamos crear una peña, asociación o filial, pusimos el 11 de Julio como meta y la empezamos a hacer funcionar en Capilla del Señor. Ya juntamos más de 25 personas y tuvimos una grata sorpresa: nos visitó "el Maestro" Juan José Pizzuti, y en honor a esta visita le hemos puesto su nombre a la agrupación. El 17 de Agosto hicimos una segunda reunión en Il Filetto, donde nos visitó el Chango Cárdenas. Este sentimiento solo nosotros lo podemos entender, porque los de afuera siempre nos dicen que somos cuatro, que no entienden qué festejamos… en definitiva, es un sentimiento muy noble e interno hacia un equipo que ha tenido muchas glorias. Somos un grupo muy especial que está esperando que el equipo salga adelante.
¿Cuál es la idea de la agrupación?
Más allá de reunirnos por los partidos, estamos frente a la aventura de formar un grupo en el que predomina la camaradería, para compartir buenos momentos y pasar un buen rato. Ya tenemos un taller mecánico, de dos fanáticos de Racing, en el que vamos a establecer la sede de Capilla. La de Cardales será seguramente la inmobiliaria.
Se te nota contento con la filial…
¡Si! Creo que tenemos que ir buscando estas pequeñas usinas de buena onda para salir de la rutina de todos los días.
¿Cómo ves a la Academia en el Torneo Apertura?
(Risas) La Academia… fui a ver el partido de la primera fecha contra Lanús y vi al equipo muy sólido, la tocaron muy bien y noté mucha seguridad. La falta de experiencia hizo que nos metieran el primer gol, después se desarmó al equipo. Contra Huracán estábamos jugando muy bien pero tuvimos la mala suerte… Racing es un equipo que además de tener problemas institucionales y administrativos, ha tenido mucha mala suerte. Pero estamos con fe, ahora se viene el clásico con Independiente que nos puede servir para empezar a remontar.
Adrián, ¿Vos viviste siempre en Los Cardales?
Así es. Mi familia está acá hace más de cien años, nuestros abuelos tienen campos contiguos a la Ferrero, yo nací y me crié ahí hasta 1963, cuando me vine a vivir al centro. Desde entonces siempre viví por acá, en este pueblo en el que casi todos somos parientes: yo soy primo de los Ponce, que tenían un almacén de ramos generales, los Di Yorio, los Melo… porque todo esto creció muchísimo en los últimos 25 años, pero antes era un pueblo muy de provincia.
¿Cursaste tus estudios en la 11?
Claro, y la secundaria la hice en el Manuel Estrada de Capilla del Señor. Después estudié Ingeniería en Alimentos, aunque el test de orientación vocacional me daba Abogacía, Periodismo o Ciencias Sociales, así que podría haber sido un competidor tuyo (risas). El idealismo que tenía a los 18 años hizo que viera aquella carrera con mucha pasión, pero en el ’79 cerró la Universidad de Luján y no la continué nunca más, porque un año antes que cerrara ya había puesto la inmobiliaria.
¿Qué edad tenías?
Veinte. Así que este año cumplo 50 años de vida, el 12 de Octubre, y al día siguiente se cumplen 30 años de inmobiliaria independiente.
¿Cómo se te dio por este rubro?
Porque yo trabajé desde los 14 años en las inmobiliarias locales, vendía lotes en Las Lomadas, iba con la sombrilla… luego estuve con un conocido rematador rural hasta que empecé la secundaria y pasé a trabajar en una inmobiliaria de Capilla. Después, cuando cursaba en Luján estuve en otra inmobiliaria de aquella localidad.
Es decir que estuviste ligado casi toda tu vida a los negocios inmobiliarios…
Toda la vida… primero se denominó Inmobiliaria Los Cardales y a los seis meses se llamó Sánchez-Lagouarde. Es mi oficio, mi vocación. Y también estuve 12 años en la función pública.
¿Cómo surgió tu vinculación a la política?
En el ’87 acompañando a Ricardo Bozzani cuando iba de candidato a concejal. Y en el
’91 dejé todo para trabajar, como muchos, en la candidatura de Ricardo.
¿Previo a esa participación te imaginabas en el mundo de la política?
La verdad que no. Porque cuando ayudé a Ricardo para obtener la victoria en el ’91, después volví a la inmobiliaria y fue él quien me dijo que me tenía que quedar para acompañarlo. Yo me sorprendí, porque no es que hice la campaña sino que fui a apoyar a un amigo y a una causa. Después fui Secretario de Gobierno por cuatro años, que no sabía ni lo que era…
Fuiste aprendiendo de a poco.
Siempre se hace camino al andar… después fui concejal, luego Presidente de Concejo y por último, con el llamado del ex Gobernador Ruckauf a Ricardo, asumí como Intendente Interino.
¿Qué rescatas de esa experiencia?
Es un lugar en el que sos un vecino con mayor responsabilidad y tenes esa posibilidad de arreglar muchos teléfonos descompuestos y poder llevar muchos proyectos adelante para el bien común. Aprendí que en la vida hay que tener una mirada mucho más amplia en un montón de aspectos, porque en la función pública aprendes a ver un montón de necesidades y problemas de la comunidad, lo cual es muy diferente a otros trabajos. Esto no tiene nada de monotemático, sino que es al revés: hay muchos temas distintos todos los días y ese es el desafío y lo interesante.
Lejos de proponer una futura candidatura, ¿Te gustaría volver a ocupar ese lugar?
Si te dijera que no te estaría mintiendo. No tiene que ver con las ganas sino con el momento. No estoy retirado de la política para nada, y obviamente que me gustaría volver, la gente lo sabe.
Da la sensación que tu nombre siempre está en boca de todos cuando se habla de candidatos…
Eso me hace sentir muy bien, porque me confirma que no hice las cosas tan mal. Todos tenemos nuestro ego (risas).
¿Ese paso por la Intendencia te cambió la mirada de la realidad?
No en mi esencia, pero ahora si le doy más importancia a cosas que antes no tanto. Creo que el servicio público tendría que ser obligatorio, como alguna vez lo fue el servicio militar, para darse cuenta lo importante que es y lo útil que uno puede llegar a ser.]