miércoles, 1 de octubre de 2008

“Sería muy útil la presencia de un gabinete psicológico”

[Para cambiar situaciones sociales]
Lo afirmó Noemí Rapone, presidenta de la Sociedad de Fomento del barrio Las Praderas. Aclaró que "un profesional podría cambiar la vida de muchos con un consejo". Además, contó que disminuyeron los embarazos no deseados gracias a las charlas brindadas y la provisión gratuita de anticonceptivos.


El ingreso al barrio Las Praderas pasa desapercibido ante la mirada desatenta de los miles de automovilistas que transitan por la ruta Panamericana. Se encuentra camuflado frente a unos gigantescos carteles publicitarios que son la referencia obligada para aquellos que desean internarse en el vecindario campanense.
La prolongada sequía que azota al país causó estragos en el camino de ingreso: una polvareda extravagante asoma detrás de los automóviles que circulan por allí incluso a baja velocidad. Los transeúntes que deambulan por aquel pasaje sufren la seca cada vez que se proponen llegar a la parada de colectivos o, en caso inverso, atravesar la calle para regresar a sus hogares. Claro, antes de la lluvia. En estos días sufren el barro. No solo los transeúntes, sino -y aun mas- los trabajadores de los hornos de ladrillo que ven interrumpida su tarea, y sus ingresos (en pesos).
La vedette de la zona son los nuevos postes de alumbrado público que tras tantos reclamos por fin llegaron al lugar. Ahora no resulta una odisea ingresar al barrio por las noches.
Las Praderas alberga a una población de gente trabajadora y pujante. Los hornos de ladrillos son su razón de ser y la actividad económica más poderosa en la actualidad. La mayor parte de los vecinos vive de los hornos, los cuales forman parte del paisaje natural del barrio.
Allí las necesidades son múltiples -como en cualquier localidad, claro está- y poseen una particularidad: se trata de necesidades urgentes y apremiantes. Una de ellas es la ausencia de un gabinete psicológico que funcione en su interior, "porque la gente de aquí, en muchos casos, no posee los medios necesarios para trasladarse al centro", manifestó Noemí Rapone, presidenta de la sociedad de fomento local, a Nuevo.
"Sería de mucha ayuda -prosiguió- para que grandes y chicos resuelvan cuestiones profundas. Hemos tenido muy buenos resultados a partir de la trata psicológica, que ayudó a muchas personas a resolver grandes problemas".
En este sentido, aclaró que "un facultativo podría cambiar la vida de un chico o un adulto con solo un consejo". Además, sostuvo que el gabinete psicológico podría dar respuesta rápida a los problemas de la comunidad en general.
La escuela del barrio Las Praderas tampoco cuenta con un plantel de psicólogos. Y esto genera una particular dificultad: "a los chicos hay que derivarlos al centro".
Respecto a la variada problemática que envuelve a la zona, Rapone enumeró diferentes cuestiones que sobresalen de la vida cotidiana. "Hay casos de violencia familiar, mujeres y chicos golpeados, y problemas de depresión que podrían solucionarse con la ayuda de facultativos", concluyó.

Bajó el índice de embarazos no deseados
De acuerdo a las afirmaciones de Noemí Rapone, los embarazos no deseados habrían disminuido en los últimos meses a partir del desarrollo de charlas de carácter educativo "que son respaldadas materialmente: en la sala de primeros auxilios se reparten pastillas anticonceptivas de manera gratuita".

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