Todo sigue igual

[La nueva Escuela ESB7]
A un mes de la habilitación parcial de la ESB 7, aún quedan numerosos detalles para que el arquitecto de la Dirección General de Escuelas habilite la totalidad del establecimiento. A continuación, Nuevo cuenta la historia de nunca acabar.

Como una postal imperecedera y eterna, la fisonomía del nuevo edificio de la ESB 7 de Río Luján permanece en las mismas condiciones en las que se encontraba un mes atrás, cuando el arquitecto de la Dirección General de Escuelas anunció la habilitación parcial de la escuela secundaria.
En ese entonces, Irene Mazo, directora de la institución educativa, detalló que "por el momento solo podemos utilizar las cuatro aulas, más adelante habilitarán el resto del edificio". Los baños, la biblioteca, la sala de computación, el laboratorio, los patios, la dirección y la preceptoría, aguardan el visto bueno de la D.G.E desde hace un mes.
Los pasillos relucientes, recientemente pintados y prolijamente acondicionados, amortiguan el sinsabor de las últimos detalles que aún aguardan su culminación. Los niños, eternas fuentes de alegría, ya finalizaron la cursada y hasta marzo del año próximo no regresarán a su nueva escuela, aunque soportaron las demoras de la obra a lo largo del 2008 y sufrieron la falta de sanitarios en el último mes de clases (compartieron los baños de la Escuela 4).
Fajas de "Peligro" y nylons negros impiden el ingreso a determinados sectores del edificio. El escenario, algo peculiar, refleja los atrasos en las obras y el estado en el que los alumnos afrontaron el final del ciclo lectivo. Las preceptoras, pacientes incansables, trabajan a destajo en el pasillo central. Allí acomodaron dos largas mesas en las que despliegan todo el papelerío inherente a sus labores. Desde ese lugar estratégico alcanzan a divisar a los chicos que corretean en el patio delantero, único lugar en el que los alumnos pueden dispersarse, ya que el sector trasero se encuentra vedado hasta tanto no se emita la habilitación.
En este sentido, las perspectivas no eran las mejores al cierre de la presente edición. En conversaciones fuera de micrófono, el personal de la escuela aventuraba pronósticos poco esperanzadores respecto a la llegada del visto bueno de la Dirección General de Escuelas. Mientras tanto, una postal perpetua se mantiene en perfectas condiciones a pesar del paso del tiempo. En ella se divisa a la ESB 7, intacta, inmóvil, tal como hace un mes atrás.