miércoles, 1 de octubre de 2008

“Tratamos de mejorar la calidad de vida de los chicos”

[Juanjo Trápaga y Alejandra Rossiter del Pequeño Hogar Exaltación]
Juanjo Trápaga y Alejandra Rossiter, integrantes del grupo que sostiene al Pequeño Hogar Exaltación, dialogaron con Nuevo a pocos días de las celebraciones por el 15º Aniversario de la institución. Hablan de la actualidad del hogar, las dificultades económicas acompañan su existencia y afirman: "queremos lograr que la institución perdure en el tiempo independientemente de las personas que la manejen".

Nos acercamos a los festejos de los 15 años del Pequeño Hogar Exaltación. ¿Cuáles son los recuerdos que les vienen a la memoria por estos días?
Juanjo Trápaga:
si bien nosotros estamos relativamente hace poco tiempo, en mi caso hace dos años y medio, conocemos la historia del hogar y de las personas que están desde el principio. Todo comenzó con una casa alquilada en Capilla, luego se recibió en donación el predio actual, que es muy lindo, pero en ese momento era apenas una estructura de hormigón y había que construirla. Se fue haciendo parcialmente, ya en 2007 estuvo prácticamente finalizada y este año pudimos completarla. Siempre tratamos de mejorar la calidad de vida de los chicos. En este sentido, se le dio mucha importancia al apoyo psicológico y a la parte de recreación: hubo muchos viajes, los chicos pudieron conocer el mar y se hicieron salidas por la zona, se realizaron numerosos eventos en Pilar y aún está pendiente la visita al Zoológico de Buenos Aires.
Mirando hacia atrás puede percibirse una pendiente positiva en el progreso del hogar.
JT: totalmente, a pesar de que las cosas siempre se tornan complicadas, contamos con el apoyo de la Municipalidad, lo cual nos ayudó mucho en el aspecto edilicio. También gozamos del apoyo constante de los comerciantes, a tal punto que el presupuesto del hogar es cubierto solo en un 60% por el subsidio de Acción Social de la Provincia de Buenos Aires, el resto es todo con el aporte de los socios. Como los valores de los subsidios quedaron congelados en el tiempo, nos vimos obligados a salir a pedir a la comunidad, así que ya nos estamos quedando sin amigos (risas).
Siempre se resalta la solidaridad de la población local.
JT: justamente el hogar queda a mitad de camino entre Capilla y Cardales, así que eso es todo un simbolismo. Y por suerte estamos avanzando. Hemos tenido aportes muy importantes, como el que realiza el Country Los Cardales cada año con la organización de un torneo de golf a beneficio. También tenemos subsidios especiales para el pago de las combis y del gas. Y la Municipalidad hace aportes semanales de alimentos.
¿Cuántos chicos viven en el Hogar?
Alejandra Rossiter: son aproximadamente 26 chicos.
JT: lo que pasa es que hay algunos que ya están en la etapa de conocimiento de sus padrinos, que después se pueden convertir en guardas con fines de adopción. En el caso de los chicos que llegan cuando son bebés (el caso más notable fue el de una beba recién nacida que fue abandonada el 9 de Julio, día de la nevada en Exaltación de la Cruz), no es necesario hacer una vinculación con los padrinos. En cambio, con los chicos que vienen con 8, 9 o 10 años, se necesita un proceso más complicado porque en este caso los padres están, así que se busca una afinidad entre el chico y el padrino. Y hay que estar muy seguros en este sentido, porque si esa unión fracasa sería terrible que el chico sufra un segundo abandono, por eso el proceso es muy meticuloso.
¿Cuál es la sensación cuando un chico finalmente abandona el hogar?
AR: ese es el broche de oro, porque uno puede mantener el hogar en perfectas condiciones, bien pintado y excelentemente acondicionado, pero nosotros volvemos a nuestras casas y ellos siguen ahí, y quedan a cargo de las auxiliares que hacen un sacrificio enorme por formar parte de sus entornos. Pero a los chicos les sigue faltando la presencia de su madre o padre, que los despierten a la mañana, que les hagan el desayuno… eso es irremplazable. Entonces uno aspira a que los chicos se vayan del hogar. Este tiene que ser un lugar de tránsito.
¿Cómo es el día a día en el hogar?
AR: es como la casa de cada uno. Naturalmente, es una familia más grande y todos son diferentes, cada uno con sus defectos y virtudes. En primer lugar uno tiene que buscar el respeto entre ellos, eso es fundamental.
¿Es difícil?
AR: no, los chicos son mágicos, solo necesitan tiempo. Al principio ingresan con sus vicios y costumbres, algunos se comunican a través de la violencia, pero de a poco se van dando cuenta que eso no se puede instalar en el hogar, se van adecuando y resultan ser chicos muy dulces.
JT: en lo cotidiano resulta fundamental el tema de la movilidad: hay que llevar a los chicos al hospital, a la escuela, a las diferentes actividades que tengan…
AR: uno tiene que tratar que los chicos no se pierdan de nada.
JT: este año lo que hicimos fue visitar la escuela de La Lata, que es un colegio de granja, donde hay muy pocos alumnos. Allí asisten todos los chicos del hogar que van a la primaria. La ventaja que tiene es que es doble escolaridad y la educación es muy personalizada. El personal de la escuela es una maravilla.
¿La procedencia de los chicos es variada?
JT: de ahora en más van a venir chicos de la zona de Exaltación de la Cruz, Pacheco, Escobar, Maschwitz, Matheu, Zárate y Campana.
Sin caer en comparaciones con el pasado, ¿Cómo ven al hogar actualmente?
AR: está muy bien, y esto es consecuencia de un trabajo diario de mucha gente, porque como es importante tener un edificio con las condiciones básicas e indispensables, también es importante la organización. Hoy estamos disfrutando de una organización que costó mucho armar, porque lo que pasa en este tipo de instituciones es que, como tienen que perdurar en el tiempo, hay que lograr que lo hagan independientemente de las personas que las manejan. Y eso es muy difícil de lograr. Por eso estamos tratando de llegar a ese punto.
Una buena organización y una estructura sólida son fundamentales para obtener resultados.
AR: totalmente, yo entiendo que una estructura sólida es una buena administración y una correcta organización interna. Pero también se deben aprovechar los recursos.
JT: el capital humano también es muy importante y por suerte hay mucha gente buena. Lo fundamental es que el hogar cale en la comunidad, que se comprenda que la institución es necesaria porque el problema existió, existe y, lamentablemente, seguirá existiendo. Entonces, sería muy bueno que la gente lo tome como propio, aunque también es cierto que muchos no quieren involucrarse porque creen que es algo muy duro sentimentalmente hablando, pero no es así. Cuando uno llega al hogar los chicos te saludan como alguien más, de alguna manera estamos incorporados a la vida de ellos.
Es interesante lo que mencionas acerca de la identificación de la gente con el hogar, ¿en qué grado creen ustedes que la sociedad lo siente como propio?
JT:
creo que va mejorando, aunque no ha llegado a su punto óptimo. Con la publicidad, la ayuda de los medios y, por ejemplo, con la fiesta del 25 de Octubre, la gente se va interiorizando en la temática del hogar. Lo cual derivaría en que todo sea mucho más fácil, porque es importante tener medios.
AR: creo que el mensaje importante para la gente es que hay muchas maneras de ayudar. Están aquellos que lo pueden hacer económicamente, pero también hay muchos que tienen ganas de cooperar y que pueden hacerlo de otras maneras: haciendo grupos de lectura, contando cuentos, armando partidos de fútbol… las instalaciones del hogar están preparadas para recibir todas las propuestas.
¿Hay alguna necesidad apremiante actualmente?
JT:
no tenemos gas natural, y al ser tan grande el edificio, contamos con muchas estufas que requieren tres cargas mensuales de "la chancha" y eso significa un gasto de $2800 mensuales solo en concepto de gas. Afortunadamente un vecino del Country Los Cardales subvenciona una carga por mes. Hay socios que aportan desde 5 a 10 pesos mensuales y otros que aportan para cosas especiales, como lo del gas o las combis.
AR: todos los años nos vemos obligados a renovar la cartera de socios, porque necesitan un respiro. Tenemos que recuperar a los socios que se van porque estamos haciendo malabares para poder lograr un equilibrio en lo económico. También hay necesidades materiales: constantemente necesitamos pañales (S, M y L) y leche (larga vida y especiales para bebés).
¿Cuáles son los deseos a futuro?
JT:
un poco tienen que ver con lo que hablábamos recién: que la población de Exaltación de la Cruz tome conciencia de que el hogar es tan imprescindible como las escuelas, las salas y los hospitales. De esa manera lograríamos que esto pueda seguir su vida institucional sin sobresaltos y de manera ininterrumpida en el tiempo independientemente de quiénes la integren.
AR: mi deseo más profundo es que sea un hogar de tránsito, que los chicos no pasen más de 6 meses ahí. Eso es lo único que puedo pedir para estos chicos.

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